Corría el año 85, la ciudad estaba dividida entre partidarios y detractores de la Legión El alcalde socialista Julián de Zulueta nadaba y guardaba la ropa: admitía la presencia de los legionarios, pero no los quería en el casco urbano. En cambio, el Colectivo por La Paz y el Desarme de Ronda, integrado por partidos de izquierda, asociaciones y particulares, no los quería ni siquiera en la Comarca. Recogieron firmas para celebrar un Pleno y debatir públicamente la presencia del cuerpo militar. A pesar de las maniobras de Zulueta hubo pleno, aunque no exento de polémica.
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